En los últimos años, la dieta antiinflamatoria ganó popularidad como un enfoque nutricional que no sólo ayuda a mantener un peso saludable, sino que también puede prevenir y controlar enfermedades crónicas.
A medida que la ciencia avanza, cada vez se comprende mejor cómo la alimentación influye en procesos clave del cuerpo, incluida la inflamación. Hoy se sabe que además de factores como la exposición a toxinas ambientales, virus persistentes, envejecimiento y estrés crónico, lo que se come a diario juega un papel crítico en este sentido.
Una revisión sistemática de ensayos controlados aleatorios evaluó los efectos de las dietas antiinflamatorias sobre diferentes marcadores de inflamación en adultos y halló que una alimentación del tipo de la dieta mediterránea puede reducir varios marcadores de inflamación y mejorar los resultados de enfermedades crónicas relacionadas con la inflamación.
En rigor de verdad, los investigadores resaltaron las propiedades antioxidantes de la dieta mediterránea, y destacaron que “no hay una dieta antiinflamatoria descrita como tal por la ciencia”.
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